Hay veces en que lo normal pasa a extraordinario así por las buenas y lo notamos sin saber cómo». Esta frase, salida de la pluma de Carmen Martín Gaite, encierra en su sencillez una mirada única hacia lo cotidiano. La misma mirada que atravesó toda su obra: esa capacidad de capturar lo íntimo, lo aparentemente trivial, y elevarlo a territorio literario. Porque si algo definió a la escritora salmantina fue su don para narrar desde el detalle, desde lo doméstico y lo humano, hasta convertirse en una de las figuras literarias más admiradas del siglo XX.
Hace exactamente un siglo nacía en Salamanca esta autora imprescindible, que fue novelista, cuentista, ensayista, cronista de su tiempo y, en sus últimos años, también artista del collage.
Supo reinventarse sin perder nunca la voz cálida, lúcida y profundamente observadora que la definía. Como homenaje a su legado múltiple y en constante transformación, la Casa del Lector de Matadero Madrid ha organizado, junto con la Fundación Carmen Martín Gaite y Ediciones Siruela, el programa Centenario Carmen Martín Gaite: una celebración que busca revalorizar su obra y acercarla a nuevas generaciones.
Hasta el 14 de septiembre (aunque cerrado en agosto), el espacio cultural se convierte en una puerta de entrada libre a su universo. El epicentro de esta conmemoración es la exposición Carmen Martín Gaite y el collage: un diario en libertad, que se inauguró el 18 de marzo. En ella se presentan más de 80 collages creados por la autora durante su estancia en Nueva York entre 1980 y 1981, cuando fue escritora visitante en Barnard College. A ellos se suman obras realizadas durante su paso por Los Ángeles, ciudad donde visitó a su amigo el cineasta José Luis Borau.
La muestra gira en torno a la obra Visión de Nueva York, recientemente reeditada por Siruela. Ante el vértigo de imágenes que le ofrecía Manhattan, Martín Gaite comprendió que una narración lineal no bastaba para dar cuenta de lo que vivía. Aceptó entonces el desafío de captar lo simultáneo e inabarcable a través del collage, convencida de que Nueva York no se podía atrapar solo con la pluma. Sin perder nunca su capacidad de asombro, se lanzó a cazar instantes por las calles de la gran ciudad, mientras encontraba también, entre las capas de papel y recortes, una rendija por donde asomarse a sí misma.
El homenaje se completa con un ciclo de actividades que iluminan diferentes facetas de su obra. Este 20 de mayo se celebrará una conversación en torno a Visión de Nueva York y la estética del collage. Además, se han organizado talleres infantiles y para adultos, que buscan fomentar la creatividad y el pensamiento crítico desde el universo personalísimo de Martín Gaite.
No hay duda de que esta exposición es una ocasión extraordinaria para redescubrir a una autora comprometida con la escritura, abierta al juego artístico, y siempre atenta a las grietas por donde lo normal, como ella decía, se vuelve extraordinario.
Por Paula Martíns
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